Su tiempo siempre es el más correcto
Quizá la sociedad nos ha enseñado que la felicidad consiste en obtener lo que deseamos al momento, que el hecho de esperar es difícil y tedioso, pero ¿sabías que las mayores e importantes bendiciones que puedas recibir son las que más tardan en llegar? las cosas que más tienen valor en la vida son las que precisamente se hacen esperar, así que si no nos vamos a escapar de ello entonces es hora de caminar nuestra actitud frente a esa ineludible realidad.
¿Qué sientes cuando esperas? ¿Han ocasionado tus palabras algún daño a los que te rodean? ¿Te has quejado de la vida y has culpado a los demás por lo que no has podido lograr? Si esas han sido tus acciones es porque quizá no has llegado a la plena satisfacción de saber esperar, cuando lo haces comprendes que todo tiene su tiempo y que por más que te desesperes no cambiarás la realidad que enfrentas, reaccionas con paciencia en medio del apuro sin herir a otros y entiendes que tu propósito en medio de la espera es preparar en forma activa el camino y el ambiente para recibir lo que anhelas, hasta el momento en que llegue.
Cuando aprendes a esperar en Dios te acompañarán las siguientes bendiciones:
-Tienes paz en medio de la espera, en la presencia de Dios recibes la armonía que necesita tu corazón par ano desesperarte, en su calma hallarás la quietud que tanto anhelas.
-Aprendes a valorar lo que esperas, no es igual recibir algo que nada te costó, lo que se espera con paciencia representa un valor sumamente especial, y lo conservas más.
–Aprendes a reaccionar con madurez, ya no eres un niño que por capricho necesita lo que desea cuanto antes, respetas el tiempo y a las personas.
Acerca de esperar en Dios y no turbarse en el proceso, las Escrituras nos declaran: “¿Por qué te abates, alma mía y te turbas dentro de mí? Espera en Dios, porque aún he de alabarlo, ¡salvación mía y Dios mío! (Salmo 42:5). Es necesario tener esperanza de que la voluntad de Dios es lo mejor, si te colocaste en las manos del Señor y no llega lo que tanto añoras, descansa en que se cumpla tu petición en su tiempo porque nadie más que Él desea lo mejor para ti. “Bueno es Jehová a los que en él esperan, al alma que le busca”. (Lamentaciones 3:25).
Dr. Livingstone Guzmán.