Ante esta realidad el pastor realiza las gestiones para obtener una sede propia, por ello la municipalidad adjudica un lote de terreno que colindaba con la Urbanización Gil Fortoul y el Barrio La Cruz, pero algunos vecinos del sector se opusieron fuertemente, este grupo opositor salió a las calles a protestar para que el Consejo Municipales revocara el contrato de arrendamiento ya otorgado. Si levantaban una pared, ellos la derribaban, si se abrían huecos, los volvían a llenar.

Dadas las circunstancias la Municipalidad decidió revocar el contrato de arrendamiento, siendo un acto ilegal e injusto. La lucha por obtener el terreno anhelado continuo por parte del pastor y luego de varias solicitudes El Consejo Municipal se vio en la obligación de reubicarlo en otro terreno mejor que el anterior, según lo establecido por la ley. Así, llegó a la Avenida Libertador con calle 54, detrás del Liceo Rafael Villavicencio. En este nuevo terreno otorgado, los ataques y persecuciones no se hicieron esperar pues estudiantes y comunidades adyacentes a ese terreno se levantaron contra la obra que recién iniciaba. Las bases y pilares de concreto fueron derribados. Las vigas, bloques y cemento fueron hurtados y las maderas fueron quemadas, parecía una guerra sin fin. Ante todo esto el pastor no llegaba a desmayar, al contrario se aumentaba su fe para creer que Dios le podía conceder un mejor lugar, lo creyó y se cumplió, pues luego de muchas pruebas y oposiciones – En el año 1.989 se le adjudica a la entonces Asociación Evangelística Unidad Cristo Viene un lote de terreno ubicado en la Av. Hermán Garmendia Las Trinitarias, una de las mejores zonas al este de la ciudad, de esta manera se inicia la construcción del nuevo templo con sede propia, un sueño del pastor hecho realidad, una edificación que, dada la visión del pastor, era para congregar a unas 15 mil personas aproximadamente. Todos los miembros como un solo cuerpo comenzaron a trabajar. Se realizaban jornadas de trabajo los días festivos y sábados, el 90 % de la iglesia acudía al llamado que hacía el pastor para la construcción de la nueva sede. Dios le otorgó la victoria.