Un regalo de Dios
La aventura de ser padres puede tomarse positivo y confortante para algunos, pero para otros el hecho de ser padres pudiera representar una pesadilla, todo esto dependerá de qué manera veamos la llegada de los hijos a este mundo, si los vemos como lo que realmente son: una bendición de Dios, entonces aprenderemos a sobrellevar las dificultades y ser para ellos un gran apoyo. Puede que existan muchas apreciaciones en cuanto a lo que verdaderamente representan los hijos en la vida familiar, pero lo que sí es claro es que según la enseñanza de Dios los hijos son:
Un Regalo: Representan una dádiva porque no los creamos nosotros mismos, si bien son sustentados en el vientre de la madre es certero que Dios los forma dentro y nos los entrega como un don preciado, “Como tú no sabes cuál es el camino del viento, a cómo crecen los huesos en el vientre de la mujer encinta, así ignoras la obra de Dios, el cual hace todas las cosas”. (Eclesiastés 11:5).
Una Bendición: El sólo hecho de recibirles y tener la oportunidad de educarles en valores y formarles para la vida ya es una bendición que nos ha sido otorgada desde el cielo como padres, “Abres tu mano, Y colmas de bendición a todo ser viviente”. (Salmo 145:16).
Cuando enfocamos esta realidad de ese modo entendemos que como un regalo y bendición de Dios que son los hijos debemos cuidarles y proporcionarles las herramientas necesarias para hacer de ellos unos excelentes hombres y mujeres del mañana, un regalo preciado jamás es puesto en el olvido ni desvalorizado, todo lo contrario, exhibimos con satisfacción sus bondades y les otorgamos un lugar muy especial en la vida.
Muchos de los hijos han sido afectados por la enorme irresponsabilidad de los padres o de uno de ellos y han tenido que acudir a terceras personas para ser asistidos, tal es el caso de los abuelos adoptando a sus nietos, o la generosidad de tíos o hermanos mayores que se hacen cargo de ellos porque los padres están ausentes. Este tipo de situaciones suele generar conflictos porque son los padres quienes deben velar por el cuidado y la educación de sus hijos con un amplio sentido de responsabilidad.
¿Cuántos padres ahora mismo no están heredando paz y tranquilidad en los días de su vejez satisfechos de disfrutar cualidades, de sus hijos? Ellos son una herencia que se forman desde muy pequeños y se disfrutan con el paso del tiempo, “He aquí, herencia de Jehová son los hijos; Casa de estima el fruto del vientre”. (Salmo 127:3).
Dr. Livingstone Guzmán.